Se estima que 1 cuarto de los Europeos presentan Dolor Crónico, y en el 80% de los casos no está asociado al cáncer, lo que se denomina Dolor Crónico no Oncológico (DCNO). Esto, entre otras cosas, ha supuesto un aumento de la prescripción de opioides en algunos países europeos. Los opiáceos, sin un control exhaustivo de su uso, pueden derivar en diversos problemas para el paciente, como adicciones, que se han hecho muy sonadas últimamente debido al aumento del consumo no controlado de medicamentos como el fentanilo.
Por este motivo, la Federación Europea del Dolor ha tomado la iniciativa de elaborar y compartir una orientación europea sobre el papel de estos medicamentos en el tratamiento del DCNO, con el objetivo de hacer un uso más efectivo y seguro de los mismos.
A continuación, explicamos algunas de las recomendaciones clave que se recogen en la orientación europea sobre los Opioides.
Cuando no debería emplearse un tratamiento con Opioides:
Cuando puede ser recomendable un tratamiento con Opioides:
Es esencial al comenzar un tratamiento con opiáceos monitorizar al paciente, continuando únicamente con la medicación si se observa una mejoría notable en el dolor y la funcionalidad diaria del paciente, que compense posibles efectos secundarios y otros daños.
Se debe comenzar el tratamiento con dosis bajas, que vayan aumentando de forma lenta y progresiva. En caso de no alcanzar los objetivos acordados, la medicación con opiáceos debe detenerse. También si éstos se alcanzan con medicamentos no-opiáceos o si hay dudas respecto a si el paciente puede desarrollar dependencia.
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