Incontinencia Masculina

Siempre describimos la incontinencia urinaria como aquella pérdida involuntaria de orina,  que puede ocurrir o no asociada con los esfuerzos. Aunque suele relacionarse con el sexo femenino por muchos motivos, especialmente por su mayor frecuencia, es una entidad que debemos contemplar y saber tratar en el  varón, porque implica un gran deterioro de la calidad de vida en aquellos pacientes que la padecen.

A menudo se trata de un  tema complejo que genera gran incertidumbre, no se tiene claro qué esperar, por qué se produce, a qué tipo  de médico debemos acudir y si tiene o no tratamientos eficaces. En definitiva, si alguien nos puede ayudar, y este blog tiene como objetivo  responder de un modo sencillo a todas esas preguntas. 

Dentro de la incontinencia urinaria masculina, los urólogos somos los expertos, y describimos dos grandes grupos en función  del desencadenante con el que se relacionen las pérdidas: 

  1. Incontinencia de esfuerzo: Es aquella pérdida de orina que se produce después de realizar cualquier tipo de esfuerzo, bien sea la tos,  coger peso, cambiar de posición…ect. Su origen suele encontrarse en la disfunción de una o de varias de las estructuras anatómicas que median en la “sujeción” de la orina, como los músculos del suelo pélvico y el esfínter de la uretra. Es conocida además de por su frecuencia, por ser una consecuencia habitual de muchas cirugías urológicas, entre las que destaca la prostatectomía radical, es decir, la extirpación quirúrgica de la próstata por motivo tumoral. Sin embargo, puede aparecer en algunos pacientes no sometidos a cirugía oncológica, como tras radioterapia o tras intervenciones de carácter benigno. 
  1. Incontinencia urinaria de urgencia: Se trata de aquella pérdida de orina involuntaria que no tiene relación con los esfuerzos,  y que se suele asociar a un fuerte deseo de orinar que es lo que llamamos “urgencia”. Su raíz está en los mecanismos que regulan la micción dentro de la propia vejiga. 

En UROLF somos muy exigentes ya que la fuente de un correcto tratamiento  es no haberse saltado ningún paso en el diagnóstico, por eso, es frecuente que, para poder ofrecerles las alternativas terapéuticas de las que disponemos, tengamos que realizar una buena entrevista con ustedes y las pruebas complementarias que consideremos para establecer bien no sólo la causa, si no  la repercusión del problema en sus vidas, y así podamos ofrecerles un tratamiento a la medida de sus expectativas. 

Dentro de la Incontinencia Urinaria de Esfuerzo encontramos una escalera de medidas de apoyo que estratificamos  en función de la gravedad del cuadro y de las posibilidades de rehabilitar la correcta anatomía de cada paciente. Es frecuente que seamos conservadores y les propongamos medidas higiénico-dietéticas, y programas de rehabilitación guiados por especialistas para fortalecer los músculos que dan soporte y favorecen que se recupere la continencia urinaria. No obstante,  somos conscientes de que este primer escalón no es suficiente para todos los pacientes, por eso disponemos de las técnicas quirúrgicas más novedosas para la corrección de la incontinencia urinaria de esfuerzo. En función de la severidad del cuadro, de su causa y de sus preferencias, estas variarán entre mallas de sujeción, que se colocan para suplir el mecanismo que el esfínter de la uretra está siendo incapaz de realizar, o  bien les ofreceremos colocar un esfínter urinario artificial si vemos que este es incompetente. En definitiva, existen tratamientos quirúrgicos de diferente complejidad que pueden ser una solución para los varones con incontinencia urinaria de esfuerzo, y los manejamos a diario con buenos resultados. 

En cuanto  a la Incontinencia Urinaria de Urgencia,  comentar que es imprescindible descartar causas infecciosas, litiásicas y tumorales detrás de la misma, para poder asegurarnos de que la que vamos a tratar, como a continuación explicaremos,  es aquella incontinencia urinaria de urgencia primaria, cuyo mecanismo de producción está en una disfunción de la vejiga (con más sensibilidad de la habitual, con contracciones que producen pérdidas de orina en momentos inapropiados…). Solemos estudiar los hábitos de cada paciente para desaconsejar aquellos que puedan empeorar el problema, como  son fumar y el consumo de bebidas con gas, teína o cafeína. Intentamos iniciar un programa de reeducación vesical programando el número de veces que uno va a orinar, para que sean ustedes los que controlan a su vejiga y no viceversa. No obstante, en muchos pacientes se hace necesario realizar un tratamiento médico con diferentes fármacos (orales o  en parches) o incluso, paralizar el músculo de la vejiga con toxina botulínica infiltrada de forma periódica para controlar tanto esa incómoda sensación de urgencia como el número de pérdidas urinarias. Otros pacientes precisan que realicemos estimulación nerviosa a nivel del tobillo para controlar eficazmente su sintomatología. En casos muy seleccionados y complejos, también  disponemos de tratamientos quirúrgicos más radicales para solucionar el cuadro si el paciente así lo requiriera. 

En conclusión, si se ha visto reconocido  en alguno de los renglones de nuestro blog y quiere más información sobre cualquiera de las estrategias terapéuticas de las que disponemos estaremos a su  disposición para resolver todas sus dudas y acompañarle durante el proceso.

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