Cuando hablamos de Dolor Pélvico Crónico, nos referimos al malestar que se sitúa en la zona del abdomen inferior, la pelvis o las zonas intrapelvianas, cuya presencia persiste durante un mínimo de 6 meses. Este dolor puede ser continuo o recurrente y se estima que afecta al menos una vez en la vida al 8% de los hombres, incidencia que aumenta hasta el 15-20% en el caso de las mujeres.

Como reflejan dichos datos, se trata de una afección bastante frecuente, sin embargo es común que no se realice un diagnóstico adecuado cuando se trata de Dolor Pélvico Crónico. Debido al desconocimiento, una sintomatología común a otras enfermedades del tracto urinario inferior, la complicada anatomía de la zona afectada, la necesidad de abordarlo de manera multidisciplinar y el alto nivel de dificultad del tratamiento cuando se requiere intervención quirúrgica. Procedimiento que no está todavía al alcance de todos los especialistas. La suma de estos factores, supone una gran pérdida de calidad de vida para los pacientes que presentan Dolor Pélvico Crónico, pues el dolor no es solo una entidad física, sino también emocional.

Para poder realizar un correcto diagnóstico, lo más importante es detectar cuál es el órgano que está causando el dolor, junto con el factor que lo ha desencadenado, que suele estar asociado a cambios que afectan al sistema nervioso central, provocando hipersensibilidad y, por consiguiente, dolor (intervenciones quirúrgicas, daño mecánico repetido, traumatismos pélvicos…). 

A pesar de la complicación, en UROLF estamos especializados en abordar esta patología, ya que contamos entre nuestros expertos con la presencia del Dr. Luis López-Fando, uno de los especialistas capaces de realizar la difícil intervención necesaria para tratar el atrapamiento del nervio pudendo (diagnóstico diferencial del DPC). 

El tratamiento consiste en una cirugía laparoscópica con electroestimulación (para poder situar la zona en la que se encuentra el nervio) gracias a la cual, mediante una precisa disección, se libera el nervio entre el ligamento sacroespinoso y el canal de Alcock, eliminando de este modo el dolor de manera total en el 30% de los casos, y de manera parcial en el 40% de ellos.

En UROLF, trabajamos siempre con el objetivo de devolver la calidad de vida a nuestros pacientes, así que si te has sentido reflejado en alguna de las situaciones anteriores, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. ¡Podemos y queremos ayudarte! Porque nuestra principal motivación es tu bienestar.

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