El tratamiento del cáncer de próstata debe tener un enfoque multimodal, adaptado a cada paciente atendiendo a sus preferencias.

Uno de los principales temores de los hombres son los efectos secundarios derivados del tratamiento elegido. Algunos de los efectos secundarios ocasionados por el tratamiento son temporales, otros se pueden
prolongar durante mucho tiempo hasta hacerse crónicos y otros puede que incluso no se presenten de inicio  sino años después de haber finalizado el tratamiento.

Las opciones más frecuentes de tratamiento son  la cirugía, la radioterapia y la terapia hormonal. La opción  quirúrgica es la prostatectomía radical que consiste en extirpar próstata y tejidos adyacentes, incluyendo o  no ganglios linfáticos, mediante cirugía abierta, laparoscópica o robótica. Entre los efectos secundarios  derivados de dicho tratamiento se encuentran la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil.

La  incontinencia  urinaria es la pérdida involuntaria de orina, frecuentemente asociada a los esfuerzos
tales como la tos o la risa. El 80-90% de los pacientes recuperan la continencia dentro del primer año tras la  cirugía, precisando ejercicios de suelo pélvico para la mejoría. En aquellos que no se resuelve, existen opciones terapéuticas que conllevan cirugía, como el implante de mallas para la incontinencia o un esfínter urinario artificial.

La  disfunción eréctil se produce por la lesión de los nervios responsables de la erección que se encuentran rodeando la próstata. La aparición de impotencia o disfunción eréctil depende de la situación previa y de la posibilidad de la preservación de dichos nervios durante la cirugía. La recuperación es variable, siendo  posible durante los siguientes 12 meses tras la intervención. En caso de no producirse existen diversos  tratamientos como medicación (oral, tópico o inyectado) y la prótesis de pene en última instancia.

La radioterapia externa o la braquiterapia consisten en el tratamiento del cáncer de próstata mediante  radiación administrada desde el exterior o mediante semillas implantadas directamente en la próstata. Los efectos secundarios a diferencia de la cirugía aparecen a medio-largo plazo, incluso años después. La  cantidad de pacientes con incontinencia urinaria y disfunción eréctil es variable y depende de la situación 
previa. Los pacientes pueden presentar polaquiuria o necesidad de orinar más veces de lo normal, sangrado  con la orina o sangrado rectal. Los tratamientos disponibles para su resolución son similares a los expuestos previamente. 

Los efectos secundarios de la terapia hormonal derivan de la pérdida de hormonas masculinas,  fundamentalmente la testosterona. Los pacientes bajo este tratamiento pueden presentar sofocos, pérdida de  deseo sexual, disfunción eréctil, pérdida de agilidad mental, pérdida de masa muscular o tendencia al  aumento de peso. Existe riesgo de desarrollar osteoporosis, por lo que su médico le pautará medicación para  su prevención. Todos estos efectos secundarios son temporales y es esperable que desaparezcan semanas  después de la retirada del tratamiento. 

El diagnóstico precoz del cáncer de próstata puede detectar tumores en fase inicial. En estos pacientes y otros pacientes de riesgo por edad avanzada o por otros problemas graves de salud, para evitar algunos de estos  efectos secundarios se pueden proponer opciones de seguimiento como la vigilancia activa o la observación  expectante.

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