Los ejercicios de Kegel son el primer escalón de tratamiento que aconsejamos los profesionales sanitarios para tratar disfunciones de los músculos que recubren la pelvis y que suelen ser origen de incontinencia urinaria, anal o caída de los órganos pélvicos dando prolapsos. Se trata de una serie de contracciones y relajaciones periódicas de la musculatura del periné que se deben repetir en series de una a tres veces al día en posición tumbado, sentado y de pie.
Aunque parecen sencillos y es frecuente recomendarlos en consulta, está demostrado que 1 de cada 3 mujeres no realiza bien los Ejercicios de Kegel. Aunque no disponemos de datos en varones estamos seguros de esta realidad es compartida entre ambos sexos ya que es difícil que si no nos guían sepamos qué músculos tenemos que trabajar y cómo, por ello siempre que se empieza un programa de rehabilitación de suelo pélvico debe estar guiado por personal médico, de enfermería o de fisioterapia.
Entre los errores más frecuentes que encontramos en nuestros pacientes y que pueden ser de ayuda están.
1- Empujar en vez de elevar: Con la intención de contraer el suelo pélvico es normal que se empuje y se haga fuerza desde el abdomen hacia abajo, aumentando la presión sobre nuestros orificios naturales de la pelvis (uretra, vagina y ano). El objetivo de estos ejercicios consiste en lo contrario, en cerrar y elevar la musculatura del suelo pélvico para conseguir un ascenso de los órganos que están a ese nivel y fortalecer los esfínteres que contienen la orina, los gases y las heces.
2- Realizar los ejercicios sin respirar: A menudo para pensar y localizar los músculos del suelo pélvico necesitamos concentración, bien por dificultad para sentir o encontrar esta zona, o por falta de control sobre los mismos, por eso al hacer la tarea tendemos a aguantar el aire, lo cual nos impide mantener el esfuerzo durante el tiempo necesario y nos agota. Debemos acostumbrarnos a respirar de forma fluida durante la realización de la contracción y de la relajación para no cansarnos antes de tiempo y poder terminar las series.
3- Contraer músculos accesorios: Este es uno de los errores más frecuentes en nuestros pacientes, como se trata de músculos desconocidos o débiles, al dar la orden de contracción no actuamos sobre ellos y lo que conseguimos es compensar con músculos cercanos. No forman parte del suelo pélvico ni aportan ningún beneficio los glúteos, los músculos de la cara interna de la pierna ni los músculos del abdomen, por lo que hay que intentar que estén relajados. Las contracciones de estos músculos no se transmiten al suelo pélvico y no nos benefician. En caso de que nos sea difícil aprender a realizarlos, necesitaremos un profesional que nos guíe para encontrar nuestra área de trabajo.
4- Mover la pelvis: La pelvis es una parte ósea, no muscular, y no debe cambiar su posición para la contracción. La pelvis debe estar en una posición neutra, así que conviene evitar arquear o rectificar la zona lumbar en exceso.
5- No relajar tras contraer: Olvidarse de descansar es un error común y fatal durante la realización de los ejercicios. La contracción debe siempre ir seguida de relajación, de manera que cierro y elevo los orificios del suelo pélvico durante los segundos aconsejados y tras ello dejo tiempo para que se relajen. No hay guerrero sin descanso y si nos olvidamos de relajar nuestros músculos se agotarán antes y trabajarán con contracciones de menor amplitud dando unos resultados mucho peores.
Si pese a nuestro blog de hoy te has quedado con dudas sobre para qué sirven, cómo se realizan o cómo podemos ser más eficaces con los programas de Ejercicios de Kegel o de Suelo Pélvico, no dudes en venir a consulta a preguntarnos.
El equipo de UROLF.
Muchas gracias por compartir este contenido, es importante saber ejecutar bien los ejercicios. Saludos